Fracaso del Emprendimiento, Éxito del Emprendedor
Recientemente conversé con un ingeniero que acababa de salir de su primera start-up, un tanto chamuscado por la experiencia. Este joven adulto, de aproximadamente 40 años, con una excelente formación y una trayectoria ejecutiva previa destacada, decidió cerrar su negocio boutique que no lograba despegar debido a la falta de escala y penetración de mercado. Se cuestionaba su futuro y se veía abrumado por dudas sobre su potencial como emprendedor.
Esta situación me motivó a escribir sobre el proceso de salida y a cuestionar las nociones de fracaso (y éxito) asociadas a ello. Además, buscó ofrecer enseñanzas y esperanzas a profesionales cuyos proyectos puedan estar tambaleando.
La realidad del emprendimiento
La cultura popular suele repetir que la mayoría de los emprendimientos fracasan. Sin embargo, el concepto de "fracaso" no es tan claro. El glamoroso venture capital (VC) solo tiene éxito en uno de cada diez intentos. Aunque en EE. UU., el impacto masivo del VC es limitado: los capitalistas de riesgo financian menos de 1,000 de los 500,000 start-ups anuales.
De ese medio millón, un 45% sobrevive ocho años o más. Según la OCDE (2016), el 51% de todas las nuevas empresas fundadas en 2008 sobrevivieron los primeros cinco años. Sorprendentemente, entre las empresas que se cierran, alrededor de un tercio eran rentables en el momento de la salida. La empresa de mi amigo no era rentable, pero alcanzaba el punto de equilibrio. Entonces, ¿qué significa realmente fracasar?
Redefiniendo el Éxito y el Fracaso
Generalmente, el éxito se mide en términos de supervivencia. No obstante, esta métrica es limitada, ya que hay elementos positivos y negativos en las salidas. Más interesante aún, las emociones asociadas a ese proceso determinan en gran medida la disposición a re-emprender.
Los emprendimientos que sobreviven contribuyen a la generación de empleos, la innovación y la competitividad de los mercados. Pero, ¿qué pasa con las valiosas lecciones empresariales aprendidas por aquellos que abandonan el juego y que terminan empoderando a nuevos start-ups o renovando empresas establecidas? Esto sin contar las enseñanzas que extraen de esas experiencias los demás participantes en la industria.
Por estas razones, es importante desafiar el concepto tradicional de salida, entendido como sinónimo de fracaso absoluto.
El Proceso de Emprender
Emprender es actuar y decidir cuánto arriesgar. Nadie que inicia una aventura empresarial, sin importar el tamaño de la empresa, tiene el éxito asegurado. Por el contrario, por desconocimiento, falta de capital, falta de preparación y otros factores internos y externos, la mitad de las empresas fracasan en los primeros cinco años. La empresa de nuestro ingeniero se encontraba en ese “valle de la muerte”.
Las investigaciones muestran que los emprendedores con mayor capital humano (buena educación formal o sólida experiencia industrial) logran mejores desempeños, debido a sus capacidades de aprendizaje que les permiten sobreponerse a entornos inciertos y situaciones cambiantes. Este ingeniero contaba con varios de esos factores a su favor, pero no fueron suficientes.
Además, los emprendedores que logran un buen desempeño en su primer negocio antes de retirarse, alcanzan muy buenos ingresos en sus siguientes actividades empresariales o ejecutivas. Sin embargo, sus calificaciones profesionales y su trayectoria relativamente exitosa como emprendedor incrementan su costo de oportunidad, haciendo que terminen saliendo del negocio para emplearse.
El Empuje del Líder Emprendedor
La perspectiva de efectuación en el emprendimiento sostiene que el principal motor no se encuentra necesariamente en el emprendimiento ni en la empresa, sino en el líder emprendedor. Este líder es capaz de partir con lo que tiene, en particular sus talentos y redes, no arriesgar más de lo que puede perder, cocrear con otros y dejar que los objetivos y visiones emerjan en el proceso, en lugar de amarrarse a metas prefijadas. Siempre intenta controlar su destino, evitando confundir sus planes de negocios con pronósticos predictivos.
Es un líder que duda, itera, aprende, pivotea, comprometido con sus stakeholders, capaz de enfrentar la incertidumbre como única certeza. Este personaje convierte el error en superación y le da la vuelta al fracaso.
Reflexiones Finales
Los mercados actuales reflejan un elevado dinamismo, constantes cambios y la creación de avances e ideas cada vez más innovadoras. Esto nos lleva a valorar el razonamiento efectual.
Creo, humildemente, que, tal como sostiene la perspectiva de Effectuation en el emprendimiento, lo más interesante es considerar el éxito del emprendedor más que el de sus emprendimientos. A mi amigo le transmito confianza en su futuro, dados sus valiosos medios y recursos personales. Invito a él y a otros que se identifiquen con esta lectura a considerar el emprendimiento como una forma de vida, en la que se conjugan éxitos y fracasos, satisfacciones y desafíos, bajo el profundo convencimiento de ser dueños de su destino. Todo esto es algo que el dinero no puede comprar.